La evolución del culto a Santiago en el occidente cristiano trazó sobre el territorio de Portugal una serie de caminos de peregrinación cuyo contexto llevaría a instituir legados, construir puentes, edificar albergues y hospitales, y difundir el culto, figura y virtudes del Apóstol que toma bajo su protección gran número de iglesias y capillas en esta tierra.
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En el Terreiro da Sé, Porto |
El más transitado camino portugués hacia Santiago de Compostela pasaba por Oporto, subía hasta Sao Pedro de Rates, donde se desvíaba hasta Barcelos cruzando el río Neiva por el ponte das Tábuas y ascendía el Valle del Lima por la portela do Souto.
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Barcelos |
La villa de Ponte de Lima era entonces atravesada por el camino y los peregrinos tenían donde pernoctar, hospital para ser tratados e iglesias donde rezar.
Pasaban el río por el puente romano construido en el comienzo del gobierno de Augusto y que habría de ser ampliado en el reinado de D. Pedro aunque hay quien afirma que ocurrió ya en el tiempo de su abuelo D. Dinis.
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Ponte de Lima |
El trayecto hacia Tuy llevaba a los peregrinos a recorrer, en gran parte, la vieja via romana.
Antes de ascender las difíciles cuestas de la Serra de Labruja, pasaba por donde se asienta la iglesia románica de Santa Marinha de Arcozelo y bastante más hacia el norte junto a su congénere de Rubiaes.
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Peregrinos descansando en Valença do Minho |
Alcanzado el río Minho el territorio gallego estaba a la vista. Bastaba tomar un barco en la pequeña ensenada del Areinho. y por Tuy, Redondela, Pontevedra, Caldas de Reis y Padrón, en cuatro o cinco días llegaban a Santiago de Compostela.
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Peregrinos en Ponte de Lima |