Este es un pueblo de tradicionalmente dedicado al marisqueo, ya que está situado en un amplio estuario en el que vierten sus aguas cuatro cursos fluviales, ya las aguas poco profundas y los arenosos suelos son un hábitat óptimo para la proliferación de moluscos.
El caserío de Alvor es el clásico marinero con calles estrechas y pintorescas y una herencia árabe que se puede apreciar en las ermitas de Sao Joao y de Sao Pedro.
La iglesia matriz posee uno de los pórticos manuelinos de la Región, y su interior de tres naves está recubierto de azulejos del siglo XVIII y además la alberga la talla del Senhor dos Navegantes imagen de gran devoción en la zona.
El litoral entre Alvor y Praia da Rocha cuenta con espectáculos acantilados rojizos y con recogida Praia dos Tres Irmaos, muy apreciada por el turismo.
Con el auge del turismo proliferaron las urbanizaciones de residencias vacacionales así como los complejos hoteleros situados en la Praia do Alvor.