Su construcción se inició en 1840 y tardó más de medio siglo en terminarse. En la actualidad es el último ejemplar "vivo" de la arquitectura romántica del sur del paÃs que, ya en 1849, era considerado "una joya casi principesca".
Se encuentra cerca del Largo da Liberdade y de la Igreja Matriz. Vistos de lejos, los tres frontispicios de azulejos, construidos en el punto más alto, dan tal sensación de profundidad que parece que nos hallemos delante de más de un edificio.
En realidad se trata de una única mansión concebida como local de recreo. Si gran parte del mobiliario y la decoración interior del palacio se perdieron, los jardines y las estatuas son, por sà solos, motivos más que suficientes para justificar la visita.
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