El municipio de Tarouca, se extiende por la sierra de Santa Helena y ofrece unas excelentes vistas del valle del rio Varosa, cubierto por un tupido bosque de pinos, es una tierra fértil que perteneció a los monjes del CÃster.
Fue
probablemente el primer monasterio cisterciense de Portugal estando afiliado a
la abadÃa Bernardina de Claraval, en 1142.
Una
inscripción en el tÃmpano de la puerta lateral dice que la iglesia fue fundada
en 1152, esto es cuando se comenzó a construir la iglesia que hoy se conserva.
Otro
epÃgrafe en la puerta principal testifica que la Iglesia fue consagrada en 1169
presidida por el Arzobispo de Braga.
Un edificio que conserva paneles de azulejos, una notable pintura atribuida a Gaspar Vaz y un sepulcro tallado en granito perteneciente a D. Pedro, hijo bastardo del rey Dinis y autor de la Crónica general (1344), una de las principales obras de la literatura medieval lusitana.
El
interior del edificio, a pesar de estar bastante revestido con tallas de
azulejos deja patente la austeridad del románico cisterciense, simbolizada en
esta arquitectura desnuda donde lo que más destaca y por eso más claramente es
el arte de la buena construcción.
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